viernes, 6 de febrero de 2015

Febrero: un mes sin internet.



El calendario es implacable y enero se escapó entre mis dedos como arena a orilla del Paraná (?) y de golpe la fecha era 1ro de febrero y a mi me empezó a entrar una especie de pánico porque ya lo había dicho yo: febrero iba a ser un mes sin Internet en el celular y la idea no me convencía nada, de nada. 


La verdad es que soy digna hija de mi época: uso Whatsapp casi todo el tiempo que estoy despierta, chateo en Facebook Messeger por el teléfono (a veces incluso con la misma persona con la que estoy hablando por Whatsapp), twitteo (en no una sino dos cuentas, a veces manteniendo conversaciones con la misma persona con la que estoy chateando por Whapp y por Facebook, porque siempre se puede ser un poco más adicta), cada tanto subo fotos a Instagram, leo en Fanfiction.net (vicio, me declaro culpable), escribo en el blog (bueno, cuando escribo), y una larga lista de etcéteras. Es una locura, y tenía que parar en algún momento. Ésa era la idea del desafío, al menos.

Soy tan malísima que el solo hecho de pensar en que iba a tener que vivir un mes sin conectarme desde mi telefonito amado me hizo considerar la posibilidad de dar por perdido el reto de febrero y seguir cumpliendo el de enero nomás (con el que vengo de lo más bien incluso hasta el día de hoy) pero fui más fuerte (ok, más fuerte no, más orgullosa) y me dije “Sofía, no seas así de floja, tenés que hacerlo”

Y lo hice. Así que así está la situación hasta ahora:


29 de enero: 

(Sí, hay que arrancar por el principio)
Me salió un trabajo freelance temporal que es para hacer en Internet. Dado que no tengo computadora portátil y que no siempre tengo una máquina disponible en mi casa para usar, razono de la siguiente manera: "Mi celular es mi computadora. Ergo, no puedo darme el lujo de pasar todo febrero sin mi computadora. Pero tengo que cumplir con mi reto de febrero. Entonces, para poder hacerlo, tendría que realizar algunas modificaciones simples. El reto no es 'dejar de usar internet en el celular' sino 'dejar de chatear y estar todo el tiempo conectada en el celular'". La solución: desinstalar Whatsapp y Facebook Messeger para no tentarme; cerrar la sesión de FB y TW para que no me lluevan notificaciones cada vez que me conecto en el teléfono. Simple. Efectivo.


31 de enero:

Ya me estoy arrepintiendo. Uso Whatsapp para hablar con algunas amigas con las que no hablo de otra manera, que están lejos y con las que nunca nos vemos porque básicamente no viven acá. Encima Novia está en su casa aún y los sms nos traicionan más de una vez y no nos llegan. Y tengo un grupo de Whapp con la gente de la Compañía de danza y acrobacia de la que formo parte, en la que la mitad de los mensajes son para pasar el rato pero la otra mitad es importante. No me gusta nada, no no. 
Decido hacer lo que mejor hago: presionarme. Como ya he dicho alguna vez, la presión externa me funciona mucho muchísimo mejor que la interna, así que arranco el día publicando en FB:

Una promesa es una promesa y un desafío es un desafío.
Hoy, último día con Whatsapp y con FB Messenger en el celular. Nos vemos de nuevo en marzo.

Surtió el efecto deseado. Novia me comentó "yu can do it chicken lili!!" (no sé, es algo que ella dice en inglés fonético y que sacó de la película Chicken Little) y algunas amigas me desearon suerte y me pidieron que escriba un libro sobre mi "rehabilitación". Cuando nos vimos en el ensayo de ese día, una compañera de la Compañía me pidió que le explicara de qué le estaba hablando. Así que ya no podía renunciar.
De todas maneras casi renuncio, cuando llegada la medianoche tuve que despedirme por Whapp de Novia y de un par de amigas y apretar el botón "Desinstalar". Difícil. Muy difícil todo.

01 de febrero:
Todo tranquilo. A diferencia de todos mis días, hoy me levanté y no conecté el wifi en el teléfono. En cambio le mandé un sms de buen día a Novia que recibió perfectamente y que me contestó; intercambiamos un par de mensajes y después cada cual siguió con sus cosas. 
Es domingo y a la tarde trabajé en el club. Pensé que iba a necesitar de Internet para chatear y entretenerme pero en cambio trabajé (digo, además de en el club, en los ratos libres adelanté trabajo para mi nuevo empleo freelance del que ya hablaré) y socialicé con gente real. Así que creo que fue un buen día. 

02 de febrero:
Sin sobresaltos. A la noche me llegó un sms de mi Mejor Amiga (Ami, de acá en adelante, porque es más corto y después de todo es como le digo) para avisarme que dos amigas nuestras se habían recibido. Así que ahí nomás aproveché que estaba en la compu y las felicité por Facebook. Ahora que lo pienso podría haberles mandando un mensaje de texto pero en el momento no se me ocurrió. Supongo que todavía no incorporo del todo que hay modos de comunicarse que no dependen de Internet. 

03 de febrero:
Mi hermana estaba de viaje desde fines de enero y le escribí para preguntarle si estaba volviendo a Rosario ya. Me dijo que sí, que ya estaba en el colectivo camino a casa, y añadió "¡Esto de que no tengas Whastapp! Ya les había avisado a Nana y a Mamá que estoy volviendo". Cosas que pueden pasar. 

04 de febrero:
Llegó Novia a Rosario desde su casa a miles de kilómetros de la mía, así que pasé todo el día con ella. De más está decir que mi última preocupación en el mundo era mi abstinencia de Whatsapp. A mi casa me comuniqué por mensaje de texto y hasta llamé a mi hermana por teléfono, cosa que no hacía hacía montón de tiempo. Con Novia salimos a pasear y ni me molesté en llevarme el celular; si alguien me escribía, seguro podía esperar.

05 de febrero:
Estoy empezando a darme cuenta que hace demasiados días que no hablo con algunas amigas. Me preocupa que sin Whatsapp vayamos a perdernos. Encima de todo: mi empresa de telefonia celular se rie de mi y de alguna manera conseguí quedarme sin crédito apenas quince días después de que me pongan el abono. Supongo que fue por la cantidad de mensajes que intercambiamos con Novia (la mitad de los cuales nunca le llegaron; es para llorar). Menos mal que a los celulares de Rosario les escribo gratis (bueno, algo bueno tenía que tener mi plan de teléfono) y que Novia tiene Personal, así que puedo escribirle por Internet. 


06 de febrero:
Retomé mis clases de jazz. Llegué al Estudio y estaba cerrado con candado, sólo una chica afuera, y empecé a temer que hayan avisado por Whatsapp que no había clases. Por suerte fue falsa alarma. Le mandé mensaje de texto a dos amigas de esas que hace mucho con las que no hablo. 

En líneas generales, mi primera semana viene pasando bien, sin grandes sobresaltos. Extraño un poco colgarme twitteando con algunas amigas o hablar pavadas por Whatsapp como si estuviese con mis amigas aunque estemos a kilómetros de distancia, pero la tranquilidad que siento de poder dejar el teléfono en mi pieza y cuando vuelvo no encontrarme con montones de notificaciones es muy genial. Por momentos me pregunto si me estaré perdiendo de mucho pero quiero creer que si pasa algo importante me lo van a contar, y además el trabajo no me está dejando mucho tiempo para pensar en esas cosas. De todas formas, los mantendré informados de cualquier sobresalto digno de destacarse, como por ejemplo, si siento que estoy muriendo sin el chat de Facebook y en un ataque de locura vuelvo a instalarlo o algo así. 


Y para terminar, una reflexión que no tiene nada que ver con nada pero que me pareció apropiada:





¡Buen viernes gente!

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